Lo que define a una buena vidente es lo mismo que lo hace con todas las profesionales de cualquier ámbito. ¿Esto qué significa? Nos encontramos ante una videncia real cuando ese don natural viene de nacimiento. Es la gran característica que delimita a una clarividente.
Una buena vidente nunca hará muchas preguntas por un motivo; conoce las respuestas con solo descolgar el auricular del teléfono, en el caso del tarot telefónico. Sus conocimientos extrasensoriales son tales que es capaz de definir el destino de una persona con todos los aciertos. De hecho, las tarotistas que aciertan tienen el don de la videncia real. Este don único se comparte con los consultantes no solo con fines económicos ya que su necesidad de ayudar a otros es su principal objetivo en la vida.
¿Te dejarás ayudar por estas guías espirituales?
Las ventajas de contactar con una videncia real
¿Te has preguntado en alguna ocasión por qué los consultantes aceptan mejor a unas buenas tarotistas que a otras? El secreto está en el don de la videncia. La interpretación de cartas es un arte adivinatoria que, realmente, todos podemos desarrollar y aprender aunque no seamos videntes. La videncia no se aprende; o se es vidente natural o no se es. De ahí a que la videncia real sea la más buscada. Estas son las ventajas de contactar con una vidente de verdad.
Don natural
El don natural se refleja en su empatía, en esa intuición que consigue cambiar el mundo. Se trata, sin duda, de tener a los consultantes satisfechos pero hay ciertas características que están ligadas al don natural. La videncia real no hace preguntas, da respuestas. La clave está en que una buena vidente no necesita más información que tu nombre y, en algunos casos, la fecha de nacimiento. Conoce a Marian si quieres una tarotista con el don natural de la videncia. Está especializada en vida emocional y familia.
Experiencia
En cuanto a la experiencia como tarotistas es fácil encontrar a videntes que cuentan con muchos años de experiencia y grandes recomendaciones por parte de sus clientes. Sucede con Ámbar que proporciona a sus clientes todos los servicios que necesitan. ¿Quieres saber más acerca de Ámbar? En ese caso te invitamos a que conozcas a esta gran vidente.
Honestidad
Una buena vidente debe ser asertiva considerando la asertividad como la capacidad para ser honrada sin necesidad de herir los sentimientos ajenos. Esto se consigue con muchas dosis de empatía pero teniendo claro que todos los seres humanos queremos conocer la verdad acerca de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Ámbar es un claro ejemplo de tarotista con el don que quiere ayudarte sin dejar de ser honesta contigo.
Amor por su trabajo
Siempre dijeron que nunca trabajarás si haces lo que te gusta. Normalmente si haces lo que te gusta obtendrás reconocimiento. Las mejores videntes tienen premios de tarotistas en su haber y son reconocidas a nivel nacional. Por último, la videncia real viene acompañada de buenas valoraciones de consultantes anteriores que han confiado en estas increíbles mujeres. ¡Conoce más acerca de todas ellas!
Videncia Real
Seguro que muchas veces has pensado en cómo puede ser que el contacto que establezcas con una persona de como resultado una adivinación. El secreto está en creer y en acudir en busca de ayuda sin ningún tipo de miramiento, y esa ayuda puede ser una persona con el don de la videncia real.
La clarividencia es una ciencia real y un campo profesional auténtico del que puedes fiarte con total tranquilidad, ya que su principal objetivo no es otro que velar por tu paz interior y tu felicidad.
No todos los tarots son reales y por lo tanto, no te ayudarán de la misma manera. Sin embargo, aquí te ayudamos a reconocer cuáles son los clarividentes y juegos de cartas que más credibilidad ostentan y que más te convienen.
No dejes de leer y ponte en manos de los mejores profesionales. No te arrepentirás y nosotros tampoco; puesto que ayudarte es nuestra mayor satisfacción.
¿QUÉ ES LA VIDENCIA REAL?
La videncia real es un tipo de clarividencia que se superpone a todas las demás. Esto sucede porque es la que mejores resultados da y porque es la que más se acerca a las demandas de los necesitados.
Esto sucede porque la videncia real se centra en indicios palpables para extraer informaciones personales. Esto puede lograrse gracias a que los videntes reales son personas muy observadoras y van más allá de lo evidente.
No se centran en asuntos que el resto de humanos no podemos comprender, sino que su sensibilidad hace que entren en contacto con lo cotidiano para ir más allá de lo que ya sabemos de nuestras vidas.
Esta capacidad de análisis del entorno que tienen los videntes reales combina a la perfección con el instinto sensible y capacidad de comunicación con signos y seres ajenos que también tienen. Esto significa que los videntes reales además de ser muy precisos en sus observaciones de lo cotidiano, también son capaces de comunicarse con imágenes que no están presentes de manera física y que les aportan información complementaria a lo que han sido capaces de extraer en primera persona.
Resumiendo: los videntes reales son aquellos que manejan a la perfección los estímulos presenciales perceptibles a través de la observación y la sensibilidad y las comunicaciones con seres atemporales que les ayudan a complementar esas informaciones.
¿POR QUÉ ACUDIR A UN VIDENTE REAL?
Acudir a un vidente real es lo único que puede hacer que tus consultas tengan respuestas veraces y eficaces al 100%. Esto sucede porque la vidente real es la única que puede garantizarte que la información recabada sea completa y acertada.
Las razones concretas por las que debes acudir a la videncia real son las siguientes:
- Porque los tarotistas reales son los más prestigiosos.
- Porque son los que más tranquilidad te van a dar a la hora de abrirte en canal.
- Porque son los que más van a amortizar tus consultas.
- Porque te abrirán de par en par las puertas de la felicidad y la tranquilidad.
Si no estás dispuesto a asumir riesgos en algo tan importante como tu futuro o tu felicidad, la videncia real es justo lo que buscas.
CÓMO RECONOCER LA VIDENCIA REAL
En muchas ocasiones deseamos o aspiramos a videntes reales porque tenemos muy claro que son la mejor opción para nosotros. Sin embargo, no siempre sabemos reconocerlos a primera vista y esto hace que no caigamos en las manos deseadas.
La clave para identificar a los videntes reales está en los siguientes puntos:
- Fíjate en la experiencia profesional y titulación del vidente al que acudes. Si es un vidente real será un profesional de reconocida y acreditada reputación.
- Investiga las referencias anteriores que haya sobre el vidente en cuestión. Si tiene opiniones y experiencias positivas con otros clientes, es muy probable que estés ante un vidente real.
- Busca reseñas en Internet sobre tu tarotista. En la red puedes encontrar innumerables referencias sobre todo lo que desees y en cuanto a videntes, por supuesto que también. No está de más que te informes un poco sobre la persona a la que vas a confiar tu paz interior.
- Fíjate en el tipo de trato que te da tu tarotista. Se consciente de que cuanto más cercano y dispuesto sea, más contacto tendrá con todo aquello que le comunica todo lo que tiene que saber. Con lo cual, si es una persona que insiste en el contacto, se interesa por tus estados personales, se toma en serio su trabajo, se compromete a resolver tus problemas y tiene un trato amable y cordial; es más que probable que estés ante un vidente real.
Si tu vidente de confianza cuenta con todas estas características, ¡Enhorabuena! Has hecho una muy buena elección y te recomendamos que sigas por el camino de la videncia real.
Si sabes que con certeza que tu vidente es real y auténtico y te prestas a lo que necesite para sus funciones, nada puede fallar.
La videncia real y su naturaleza innata: perspectiva científica
La videncia real se desarrolla a través de lo que algunos llaman “un don”, el cual viene a significar el conocimiento de hechos o cuestiones que aún no han sucedido o están a punto de suceder. La videncia real en sí, puede ser el adelantarse en tan solo unos segundos a algo que puede ocurrir hasta prevenir el futuro en un período más o menos largo de tiempo. En cuestiones esotéricas, ello también implica el estudio de distintas posibilidades y opciones que se nos plantearán en dicho futuro.
En realidad los expertos diferencian entre intuición y premonición. La intuición se refiere más bien a procesos lógicos o esperables que pueden abarcar un lapsus más o menos corto de tiempo, desde que tenemos dicha intuición hasta que ocurre. Es ésta una cuestión a la que todos tenemos acceso y en la que entran determinados factores previsibles o lógicos.
En cuanto al vaticinio o premoniciones, son cuestiones fundamentalmente propias, personales, únicas y características de unas pocas personas y se podrían describir como la capacidad de ver, o preveer o predecir cuestiones que pasarán en el futuro, de una manera más o menos clarividente. Un buen vidente debe ser una persona que, de manera innata, tiene esta capacidad para ver y analizar todas las variantes del futuro.
Videncia Real
En realidad, la ciencia a día de hoy no ha dado una explicación satisfactoria al respecto de este hecho. Para la mayoría de los científicos este hecho es calificado como “paranormal” o atribuyen el hecho al concepto de “casualidad”.
Al respecto podríamos decir que, con el anterior término, “paranormal” la ciencia tapa su desconocimiento y sobre la concepción de la casualidad, podría ser en uno o dos casos, pero el mero hecho de saber en gran número de ocasiones lo que está por venir, anula el propio término de casual.
Existen algunas teorías que vinculan este hecho, esta capacidad desarrollada con aquellas personas que están más vinculadas con su hemisferio derecho del cerebro, ya que esta parce es la que rige y gobierna el plano de lo simbólico, lo creativo, lo intuitivo y todo aquello que escapa a un ordenamiento razonado. Sería por ello, por este uso mayor de la parte derecha del cerebro que se desarrollará más y dichas personas adquirirán la facultad de poder ver y saber más que el resto de las personas.
Esta teoría basada en el mayor desarrollo de distintas partes cerebrales debido a su uso, viene a ser complementaria, en la mayoría de los casos, por quien afirma que es una cuestión de genes transmitidos de unas generaciones a otras.
Videncia real y Ciencia
En relación a la anterior teoría se podría mencionar los resultados de un estudio científico realizado en Estados Unidos, con personas de distintas partes del mundo que aparentemente tenían la capacidad de predecir el futuro. De un sector de muestra de 50 personas que decían tener “el don de poder sentir, ver o predecir el futuro”, se obtuvieron los siguientes datos:
- 38 personas fueron descartadas, ya que sus predicciones estaban basadas en la casualidad o fundamentadas en el método acierto-error.
- Para las 12 personas restantes no se encontró explicación posible. Su rango de acierto osciló de media desde un 80% a un 90%. Dos personas pasaron todas las pruebas sin ningún error. (Eran pruebas donde se pedía concentración y se debía adivinar una serie de datos)
Lo interesante de estas doce personas eran dos premisas, según los científicos:
- Cuántas de estas personas tenían antecedentes con dicho don o facultad para saber cuestiones que escapaban al resto de los mortales.
- Cuantos habían desarrollado su don a través del desarrollo de su parte derecha del cerebro, sin ser reprimidos y aceptando y potenciando su condición “especial”
Estos fueron los resultados al respecto de las dos premisas anteriores:
- De las doce personas solo dos presentaban los antecedentes en sus padres. Es decir, que estos también tenían la facultad de saber. Analizando la genealogía del las otras diez personas se descubrió que si bien sus padres “no desarrollaron tal habilidad” (quizá por represión), sí tenían antecedentes con personas y familiares lejanos o de otras generaciones sensibilizadas y capaces de predecir hechos futuros.
- Todos habían tenido una educación sin represión. Tomándose como “normal” su especial capacidad.
- Por otro lado predominaban personalidades vinculadas con la creación, con el desarrollo de actividades laborales artísticas y cognitivas.
A modo de conclusión, podríamos decir que estadísticamente, existe un porcentaje reducido de personas que tienen determinadas facultades más desarrolladas que otros. Es lo que algunos llaman “un don” o “una gracia de Dios” que permite saber y ver cuestiones futuras. Se ve también que pese a lo genético, el ambiente, la aceptación de esas personas “especiales” en la sociedad es esencial para que puedan desarrollar y potenciar dicha habilidad cerebral.